Con tantos ecosistemas y terrenos, parques y reservas animales, Costa Rica es el lugar perfecto para experimentar la diversidad del trópico americano. Su capital, San José, tienen una arquitectura excelente y buenos museos, y se puede visitar en un par de días o utilizarla de base para hacer excursiones. Podrás recorrer todo el país en autobús o avioneta pero es preferible utilizar un todoterreno. De cualquier modo no podrás irte de allí sin probar su plato nacional, el gallo pinto, una mezcla de arroz y frijoles que acostumbran a servir de desayuno con huevos revueltos y una bebida compuesta por jugo de caña disuelto en agua caliente.
Ver la abundancia de animales y pájaros coloridos es impresionante, y un gran atractivo de cualquier visita a este pequeño país centroamericano, que alberga un impresionante 5% de las especies vivas identificadas en todo el mundo. Para ello la nación cuenta con docenas de parques nacionales y reservas de animales que abarcan hasta doce hábitats distintos. Los bosques nubosos de las cimas de Monteverde son muy diferentes del bosque seco tropical del noreste del Pacífico, los mangles de Terraba-Sierpe, o las selvas tropicales de las tierras bajas de Corcovado y Tortuguero. No dejes de realizar una excursión nocturna por el Parque Nacional Tortuguero, tendrás una fantástica visión de caimanes, monos aulladores y grandes guacamayos verdes. Los principales bosques se extienden junto a largas franjas de arena donde las tortugas marinas depositan sus huevos y en muchas ocasiones se puede apreciar huellas de algún ejemplar de jaguar o de otro gato salvaje.
También tendrás la oportunidad de ver cómo el volcán Arenal escupe lava, de ver cráteres llenos de lagos en las cimas del Poás y el Irazú, así como el cerro Chirripó, la montaña más alta de Costa Rica. Es fácil unir los variados ecosistemas en unas vacaciones perfectas gracias al reducido tamaño del país y a su fantástico transporte.
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