El tren puede llevarte de la costa este a la oeste de Canadá en tan sólo cinco días pero visitar todo este extenso país de manera profunda lleva más tiempo: explorar el arte de Toronto, las impresionantes montañas Rocosas, o las costas lamidas por las olas del Pacífico y el Atlántico.
Este viaje épico sigue el curso del río San Lorenzo hasta los salientes de granito del Escudo Canadiense; cruza las Grandes Llanuras de las praderas y los bosques de pinos y abetos hasta las montañas Rocosas; en la costa oeste, los bosques de cedros dan la bienvenida al océano Pacífico. El tren hace varias paradas como la de los Grandes Lagos donde numerosos piragüistas aprovechan para bajarse. Tras cruzar las montañas pasamos por el interior desértico de la Columbia Británica y, finalmente llegamos a Vancouver. Allí podrás pasar los últimos días, en la costa del Stanley Park, en el jardín botánico de VanDusen o explorando Gastown o Chinatown.
Muchos viajero optan por hacer una pequeña parte de la ruta a través de Canadá, centrándose en la costa este, por ejemplo, o trazando un gran círculo a través de las Rocosas. Pero los más intrépidos pueden cruzar la nación entera entre Halifax y Vancouver. Gran parte del viaje consistirá en el trayecto en sí mismo.
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